Al igual que con las personas con discapacidad, de la vida sexual de las personas obesas sucede lo mismo.
La mala educación sexual que nos arrojó la pornografía ha llevado a las personas a navegar en una creencia ficticia de cómo sexualizar, y con ello los estándares de belleza de cuerpos y genitales.
¿Cómo se vive la sexualidad con sobrepeso?
Expertos en sexualidad han demostrado que la baja autoestima produce diversas consecuencias, y la intimidad no es la excepción.
Me llegan muchas consultas con respecto al tema, tanto hombres como mujeres; muchos reprimen las prácticas, gustos y excitación por no exponerse en la intimidad o verse vulnerados.
Más allá de una cuestión meramente estética existen varias situaciones con las que el obeso tiene que transitar en la intimidad.
Tejido adiposo, colgajos, carga de peso en su pareja y, por sobre todas las cosas, la imposibilidad de moverse con agilidad durante el encuentro sexual.
Generalmente las personas con sobrepeso y baja estima suelen ser complacientes con su pareja sexual, pagando un alto precio emocional. Son aquellos que se ponen en un segundo plano de disfrute, creyendo de esta manera ser aceptados.
Además de la intimidad, en un contexto erótico, son muchísimos más los casos que manifiestan deseo por una figura estándar o perfecta que por un cuerpo excedido en kilos (y en esto me atrevería a tirar de 10 a 1).
Los escenarios sexuales en la obesidad son muchos: desde agresiones verbales, descalificaciones y claras disfunciones físicas.
Uno de los escenarios posibles, y el más frecuentemente abordado, es cuando la pareja tiene sobrepeso y se dificulta la penetración natural. En el caso del hombre, el tejido adiposo sobre sus genitales oculta el verdadero tamaño de estos.
Otra consulta muy frecuente, es de las mujeres con apenas unos kilos demás -sin llegar a ser obesas u obesas mórbidas- que “se ven gordas” y prescinden de un acto sexual por la imagen que representan, lo muestra a las claras la Gordofobia existente, que los invisibiliza, al tiempo que los estigmatiza y provoca terror por llegar en miles de personas que temen llegar a serlo.
Estamos acostumbrados a ver en medios o redes como se ridiculiza a una persona excedida de peso, con acciones de bullyng, en algunos casos implícito y en mucho otros dolorosamente evidentes.
Que la obesidad trae un montón de trastornos psicofísicos no es novedad; pero desde lo cultural podríamos empezar a adaptar nuestras costumbres sociales a no demonizar a la persona obesa.
Una de las creencias más habituales, y en parte con un fundamento científico, es que por ser gordo no te querés, porque no te cuidás.
¡Esto es falso! Existen hombres y mujeres muy seguros en su campo emocional y con un gran poder sexual, de conquista y de erotismo.