Hay modificaciones que podemos integrar a partir de los 40 años, que nos ayudarán a mejorar el sistema hormonal, otorgando un mejor estado de salud y bienestar general.
Un primer paso es tener una alimentación más consciente, al tiempo que es clave incrementar el movimiento diario haciendo ejercicio, caminando o bailando, porque el movimiento es clave para un metabolismo saludable.
Para empezar podés comprar algunas proteínas básicas, fuentes de carbohidratos y fuentes de grasas que te gusten y que se puedan agregar rápidamente a las comidas con poco o ningún esfuerzo.
Comprá el pollo cocinado desmenuzado, o las verduras ya
cortadas y listas.
Agregá una actividad para aliviar el estrés: una caminata
al aire libre, una meditación, un diario donde escribas todos los días. El estrés es el culpable del 75 al 90 por ciento de las enfermedades.
Es importante que hagas una higiene del sueño y ara ello dejá tu teléfono 30 minutos antes de dormir: se ha demostrado que la luz azul de los dispositivos interrumpe el sueño y causa dificultad al conciliar el sueño. El sueño es crítico para permitir que el cuerpo tenga tiempo para recuperarse y reconstruirse, ya sea que tu objetivo sea perder grasa, mejorar tu composición corporal o simplemente mejorar tu salud en general.
Bebé agua al despertar por la mañana: nuestro cuerpo está
compuesto en un 60 % por agua y esta agua es responsable
del transporte de nutrientes, la regulación de la
temperatura corporal, la lubricación de las articulaciones y la protección de los órganos como barrera contra golpes. Cuando nos despertamos, estamos en nuestro estado más deshidratado después de horas de ayuno durante toda la noche. Tratá de beber un litro de agua con minerales al despertar.
Agregá fibra a tus comidas: la fibra es una forma de carbohidrato que ayuda en la digestión, que ayuda a secretar hormonas y apoya nuestro sistema de desechos de manera adecuada a través de tu cuerpo. Agregar fibra a tus comidas también puede ayudarte a sentirte satisfecha.
