Con frecuencia se comete el error de referirse incorrectamente a dos corrientes dentro del Feng Shui: las formas y la brújula. Es crucial aclarar esta confusión, común en la literatura sobre el tema. La observación de las formas, que abarca el entorno natural, como montañas, ríos, edificios, calles, la topografía y la forma de la casa, es una parte esencial del Feng Shui, pero no constituye una escuela en sí misma, sino más bien una dimensión.
A esta dimensión se le suma la orientación basada en los puntos cardinales, determinados con la brújula o Luo Pan. En conjunto, las fórmulas relacionadas con la brújula se conocen como “Li Qi” (cálculo del Qi).
El tiempo representa la tercera dimensión considerada en el Feng Shui. Aunque dos casas tengan la misma forma y orientación, si se construyeron en distintas épocas, su energía será completamente diferente. Además, la energía de cada casa varía año tras año.
La cuarta dimensión del Feng Shui es la energía personal, determinada en el momento del nacimiento. Esta energía personal interactúa de manera específica con las otras tres dimensiones.

Uno de los significados más reconocidos de los vocablos Feng Shui es “viento y agua”, que es una descripción metafórica del movimiento y la presencia de la energía. Desde los orígenes del Feng Shui hasta nuestros días se ha utilizado el Feng Shui como dictan sus preceptos para mejorar nuestra convivencia con nuestro entorno y equilibrar la energía del espacio que nos rodea.
A pesar de que el Feng Shui comprende décadas de sabiduría, enseñanzas y prácticas un poco complejas, tiene ciertos preceptos y conceptos básicos que marcan una pauta primaria para empezar a comprender los principios del Feng Shui.

Fuego encendido. Dentro de la filosofía del Feng Shui hay cinco elementos vitales; fuego, tierra, agua, metal y madera. Para alcanzar una casa equilibrada y en balance, en el hogar deben existir en equilibrio los cinco elementos sin que ninguno domine a otro.
Para representar el agua tenemos cristales, espejos, fuentes miniatura, peceras, ondas y colores azul profundo, también la podemos representar con fotografías o cuadros del mar. La representación del fuego proviene de todos los objetos electrodomésticos y que funcionen a través de la energía eléctrica, y como elementos decorativos también las pirámides representan el fuego. En la gama de colores tenemos los tonos naranjas y los rojos. Para representar al elemento tierra tenemos los muebles de gran tamaño, como las camas, los libreros grandes, los roperos o los centros de entretenimiento, así como las alfombras. En cuanto a los colores tenemos a los tonos marrones, beige, terrosos y amarillos. Para representar al elemento metal tenemos todo el mobiliario hecho de metal, así como la joyería que tengamos en casa, sin dejar de lado las tuberías, los grifos y las regaderas, y en el lado de los colores tenemos el color blanco y los tonos plateados. Por último, para representar al elemento madera están todos los elementos naturales, como las plantas y las flores, así como los muebles hechos de madera, y para los colores tenemos toda la gama de colores café.
La presencia de todos estos elementos debe estar bien equilibrada en cada habitación y poner atención en que cada área está designada a un propósito y debe tener una decoración específica, así alcanzaremos un balance ideal de acuerdo al Feng Shui.

Bagua
El Bagua, o mapa Bagua, es una de las herramientas principales del Feng Shui. Se trata de un diagrama que ayuda a dividir el área de tu casa en secciones especializadas para crear un buen Feng Shui. Bagua significa 8 casas, que son las áreas principales a cuidar dentro del hogar. El área de la madre, del padre, de los hermanos, de los hijos, etcétera. Cada una de estas áreas está asociada a la salud, al dinero, al éxito laboral, al bienestar familiar, entre otros aspectos.
Utilizar el mapa Bagua es una de las mejores maneras de adentrarse en el Feng Shui y decorar tu casa siguiendo los preceptos para entrar en armonía; que además de entrar en balance con la energía, te ayudará a alcanzar el éxito en todas las áreas designadas en el mapa Bagua. Una vez que hayas dominado esta herramienta en tu casa, tendrás un espacio totalmente Feng Shui.

Yin y Yang
Dentro del Feng Shui es natural que entren el Yin y el Yang, la teoría de los opuestos. Sin embargo, al decir opuestos no se trata de una contraposición o contradicción, es más bien un complemento natural, el día y la noche, el frío y el calor, lo masculino y lo femenino, etcétera.
El Feng Shui sabe que la energía necesita un equilibrio natural, pero también sabe que a veces no se logra por sí solo y tenemos que otorgarlo, por eso la teoría del Yin Yang. Cuando una habitación esté cargada o falta de algún tipo de energía, sabremos identificar dónde hay un problema y así solucionarlo y alcanzar el balance. Entender esto es uno de los pasos básicos para iniciar en el Feng Shui.

Sha – Chi
Si el chi es la energía vital y lo que el Feng Shui está buscando siempre, la energía que buscamos a través de la armonía del espacio, la limpieza, el orden y el equilibrio; el Sha-Chi es su opuesto. Es un tipo de energía más pesada y más difícil de manejar. Tiene menos fluidez y es más difícil de disipar y controlar. Este tipo de energía produce pesadez, cansancio, discusiones y problemas. Por lo regular es generada por una mala distribución del espacio, por desorden, suciedad, objetos afilados o espejos mal posicionados.
Estos principios básicos del Feng Shui son elementales una vez que inicias con esta filosofía. Las mejoras que logra en tu ambiente y en tu vida son tan increíbles que casi no lo creerás.

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