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Kéfir es el nombre de un cultivo microbiano originalmente usado para fermentar leche y obtener una bebida fermentada que también recibe el nombre de kéfir.

Es una masa gelatinosa formada por un gran número diferente de especies de levaduras y bacterias.

Todas estas especies microbianas conviven en un delicado equilibrio y de las condiciones de almacenaje y fermentación, dependerá cuales de ellas predominen aportando diferentes características y propiedades al kéfir resultante.

 

Los probióticos son microorganismos beneficiosos para la microbiota intestinal, que son kilos de bacterias benéficas que están en nuestro intestino. Lamentablemente nuestra deficitaria y antinatural dieta ha generado una transformación de la microbiota intestinal con un disbalance a favor de bacterias patógenas (que generan enfermedades).

Una microbiota alterada se vincula con enfermedades autoinmunes, intolerancias y alergias alimentarias, trastornos en la absorción de nutrientes, cáncer, enfermedades intestinales inflamatorias, alergias, trastornos del desarrollo, trastornos psicológicos, entre otros

 

Las bacterias del kéfir pueden ser cultivadas en casa con seguridad, y la producción de la bebida es fácil. Se conocen dos tipos de kéfir de leche y de agua. En realidad, el kéfir de agua y el de leche contienen las mismas bacterias y levaduras, pero adaptados a medios distintos, se dan además distinciones en cuanto a las enzimas presentes en unos y otros.

 

 

Es un probiótico ideal para:

Personas que tienen dificultad para ir de cuerpo

Personas que se enferman a cada rato

Problemas en la piel

                                                                       Problemas de digestión

                                                                       Colesterol y presión arterial

                                                                        Ansiedad y estrés

                                                                        Hidratarse

Dosificación

                                                                       Aunque el kéfir de agua no presenta grandes contraindicaciones debe tomarse con moderación. Lo ideal es tomar uno o hasta dos vasos por día.

Cada organismo es diferente y se debe probar su tolerancia.

De todos modos, deben tener especial cuidado:

Las personas con patologías gástricas o esofágicas como gastritis o úlceras, hernia de hiato. Debido a que el kéfir tiene un pH bajo, es un alimento ácido, se debe probar tolerancia frente a estas patologías.

Niños menores de un año.

Niños pequeños mayores de un año, se recomienda medio vaso por día, debido a que el kéfir puede contener hasta 1% de alcohol

Tener especial cuidado personas con tratamiento inmunosupresores o con inmunodeficiencia.

 

 

Receta para hacer kéfir de agua.

Se puede tomar solo, mezclado con jugo de frutas o usar para preparaciones de cocina, incluso para el remojo de legumbres y cereales. En su sitio digital, Natalia Kiako comparte los pasos, de manera muy sensilla:

– 1 frasco de litro y medio (vidrio o plástico, boca ancha)

– 4 cucharadas de nódulos de kéfir de agua (se consiguen regalados de gente que ya esté preparando kéfir, pero también los venden en tiendas naturales y hasta on line. Hay grupos de Facebook de “donantes de nódulos de kéfir” con integrantes en casi todos lados):

– 5 cucharadas de azúcar mascabo

– ½ limón

– 2 dátiles, pasas de uva o higos secos

– idealmente una bolsita de las que se usan para hacer leches vegetales, sino gasa para una bolsita casera; se puede hacer sin bolsa, pero los nódulos se mezclarán con los restos de fruta seca.

 

 Procedimiento:

Meter los nódulos en la bolsita y cerrarla. Introducir en el frasco.

Sumar el medio limón, el azúcar y los dátiles o frutas picados.

Agregar 1 litro de agua filtrada y revolver con cuchara de madera o de plástico.

Tapar (suave con la tapa del frasco, o con una gasa o tul limpio y una gomita) y dejarlo 24 horas en un lugar templado y sin luz directa del sol. Pasado un día se vuelve a revolver y a dejar reposar por 24 horas más. Luego de ese plazo está listo.

Es probable también que la bebida se gasifique finamente, quedando apenas carbonatada. Eso es bueno.

La bebida lista para tomar no es tan dulce como uno esperaría por el azúcar mascabo: los nódulos procesan esa azúcar y la transforman. Queda fresca, levemente dulce.

El kéfir en botella dura una semana fuera de la heladera, 3 a 4 semanas en heladera. Se va gasificando un poco más con el paso del tiempo, es normal, se suele usar para hacer una pseudo “sidra” natural.

Si queremos interrumpir un ciclo de kéfir, es decir, queremos dejar de producir la bebida un tiempo, podemos conservar los nódulos en la heladera, en un frasco con agua y azúcar (a ojo), durante varios días.

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