
El crecimiento exponencial de la complejidad y la velocidad del cambio en las operaciones industriales es casi sin precedentes. Hoy en día, los líderes de la industria manufacturera se enfrentan a presiones de todos lados para ser más sostenibles, productivos y receptivos a macrotendencias como el auge de la IA, las interrupciones en la cadena de suministro global y la incertidumbre económica.
Para navegar por estas aguas turbulentas, es vital contar con personal cualificado y especializado. Pero cada vez escasean más. La brecha de habilidades es real y, a medida que el ritmo de desarrollo supera la oferta de cualificaciones pertinentes, hacer los cambios necesarios para tener éxito en la transición a la nueva generación de la industria se convierte en un reto cada vez mayor.
Se ha llegado a un punto en el que atraer y retener el talento con las habilidades adecuadas es el principal reto al que se enfrentan los fabricantes. Este fue el principal obstáculo para el 65% de los encuestados en la encuesta de perspectivas de la Asociación Nacional de Fabricantes de Estados Unidos (NAM) en el primer trimestre de 2024, al igual que lo ha sido en todas las encuestas desde finales de 2017, con la excepción de los años de pandemia.
Esta tendencia solo puede invertirse incorporando talento cualificado con las competencias pertinentes y la energía para ponerlas en práctica. Los miembros de la Generación Z, muchos de los cuales ya están establecidos en la población activa o están dando sus primeros pasos en la carrera profesional, son una parte importante de la solución.
Con el tiempo, esta generación constituirá inevitablemente una parte mayor de su plantilla.
A pesar de su educación digital, existen pruebas anecdóticas de que la Generación Z puede tener menos conocimientos digitales de lo que muchos piensan. A la mayoría de los miembros de la Generación Z en el mundo occidental les costaría recordar una época anterior a Internet y a la omnipresente informática doméstica, pero, criados con una dieta de aplicaciones para teléfonos inteligentes cerradas y fáciles de usar, algunos parecen carecer de las habilidades estándar que muchos empleadores dan por sentadas.
Sin embargo, este estereotipo no cuenta toda la historia. La generación Z está entusiasmada con la perspectiva de estudiar y trabajar en campos técnicos, y es incluso más probable que siga una carrera en el sector manufacturero que la generación del milenio anterior. El número de graduados en STEM que terminan sus estudios nunca ha sido tan alto en EE. UU., y nuestra encuesta de Workmonitor muestra que las competencias en TI, IA y tecnología ocupan un lugar destacado en la lista de prioridades de la Generación Z.
Entonces, ¿qué ofrece la Generación Z a los empresarios del sector manufacturero que buscan una solución a la escasez de cualificaciones y al envejecimiento de la fuerza laboral?
Dejando a un lado los conocimientos informáticos, la Generación Z tiene la gran ventaja de ser la primera generación realmente nativa digital. Incluso sus predecesores, los Millennials, crecieron en un periodo en el que Internet era una parte comparativamente pequeña de la vida cotidiana. Los miembros de la Generación Z, en cambio, han tenido el mundo al alcance de la mano desde su nacimiento y se han convertido en expertos solucionadores de problemas y autodidactas. En entornos de fabricación complejos en los que se adoptan constantemente nuevas tecnologías, este rasgo les proporciona una clara ventaja. Si combinamos esto con los conocimientos actualizados que poseen muchos graduados de la Generación Z, obtenemos una valiosa incorporación a cualquier operación de fabricación que complementa los conocimientos de los compañeros de generaciones anteriores, en lugar de sustituirlos.
El ritmo del cambio en la fabricación moderna no muestra señales de desaceleración. En este entorno, lo más importante no son las habilidades que los trabajadores tienen hoy, sino las que aprenderán mañana. En este sentido, la Generación Z tiene una clara ventaja:
El 80% de la Generación Z considera el aprendizaje y el desarrollo como una de sus principales prioridades profesionales, frente al 70% de la Generación X y sólo el 61% de la Generación Baby Boomer.
Una encuesta realizada en 2022 reveló que la falta de oportunidades de aprendizaje y desarrollo empujaba al 74% de los empleados de la generación Z a plantearse cambiar de trabajo en el próximo año.
En el Informe sobre aprendizaje en el lugar de trabajo 2024 de LinkedIn, el 53% de los encuestados de la Generación Z coincidieron en que “a través del aprendizaje, puedo explorar posibles trayectorias profesionales en mi empresa”, en comparación con una media del 35% entre otras generaciones.
Las empresas manufactureras que consigan atraer más talento de la Generación Z acabarán contando con una plantilla mucho más receptiva al cambio, la innovación y el desarrollo.
La Generación Z experimentará en mayor medida que otras generaciones los efectos negativos del cambio climático, por lo que no es de extrañar que se sientan firmemente comprometidos con la construcción de un futuro sostenible. En este sentido, los fabricantes cuentan con un importante factor de atracción que podría ayudar a atraer a los mejores y más brillantes de la Generación Z.
En la UE, la industria manufacturera representa el 22% de las emisiones totales de la Unión, en tercer lugar por detrás de los hogares y la producción de energía. A medida que continúe la transición sostenible, la industria manufacturera será uno de los principales campos para las nuevas iniciativas y tecnologías destinadas a reducir las emisiones e impulsar la sostenibilidad general, y para los demandantes de empleo de la generación Z, comprometidos con el clima, será una industria atractiva.
Para los fabricantes que planean crear empleos ecológicos, la Generación Z es un grupo objetivo importante. Según un estudio de LinkedIn, el 61% quiere cambiar a un empleo ecológico en los próximos cinco años, y el principal obstáculo es la falta de puestos vacantes.
A medida que la industria manufacturera avanza hacia una nueva realidad y se acercan los plazos para alcanzar los objetivos de sostenibilidad, el cambio seguirá generando trastornos y, como cualquier profesional de la fabricación sabe, los trastornos pueden conducir a una menor productividad.