“Conocer y conocernos, para vivir la sexualidad, de una manera sana, responsable y placentera”
En cada etapa de la vida la sexualidad se vive de diferentes maneras ya que a medida que vamos creciendo y madurando experimentamos cambios bio-psico-emocionales.
En cada etapa la respuesta sexual varía de acuerdo al estado de salud en general, en cómo se siente cada unx con ese cuerpo que va cambiando y sobre todo con los permisos que cada persona se da para disfrutar de la sexualidad, teniendo en cuenta la influencia de los aprendizajes recibidos y la sociedad en la que se vive, ya que la sexualidad está regulada socialmente. En todas las sociedades y culturas se le asignan roles y actividades específicas al “varón” y la “mujer”.
El desarrollo psicosexual en cada una de las etapas de la vida (infancia, adolescencia, juventud, adultez media y mayor) tiene características propias.
La adultez representa una etapa en el desarrollo humano donde el cuerpo ha logrado cierto estado de madurez.
A partir de los 40, las personas comienzan a transitar otros cambios biológicos, psicológicos, emocionales. Podríamos decir que se atraviesa una crisis, una transición entre la juventud y la vejez.
Por un lado, ya no se es “joven como antes” y, por otro, comienza a sentirse el envejecimiento propio del cuerpo, con todo lo que ello conlleva. Esto afecta todas las áreas de la vida de las personas entre ellas el sexo, el deseo, los vínculos, la comodidad física.
Para poder vivir la sexualidad plenamente en cada una de estas etapas es imprescindible la educación sexual. Para desnaturalizar mitos, prejuicios, creencias y prevenir disfunciones sexuales.
Climaterio
Al llegar a los 40 años la mujer comienza a transitar una nueva etapa de cambios que se caracteriza por el cese en la producción de estrógenos de los ovarios y la pérdida de la capacidad reproductiva: el climaterio. Esta etapa culmina en la menopausia, que hace referencia a la fecha de la última menstruación.
En este período se producen una serie de cambios físicos y psicológicos muy fuertes: irregularidades en el ciclo menstrual, sofocos, a veces acompañados por taquicardia y sudoración, trastornos en el sueño, irritabilidad, ansiedad, angustia, mayor fragilidad emocional, dificultad en la concentración, memoria y aprendizaje, sequedad de piel y mucosas, dolor en el coito, disminución del deseo sexual. Mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, mayor riesgo de desarrollar osteoporosis.
El climaterio y la menopausia ocurre en todas las mujeres, sin embargo cada lo experimentará en forma distinta.
Hay que desmitificar muchos conceptos y tabúes que se han ido tejiendo alrededor de la relación sexualidad-climaterio-menopausia.
La menopausia no es sinónimo de vejez ni enfermedad ni significa que una mujer queda anulada. Todos esos mitos son producto de la desinformación. Por el contrario, en este momento se puede disfrutar la sexualidad con menos miedos. Esto dependerá de muchos factores, entre ellos la personalidad, el significado que tiene para cada una esta nueva etapa, y el rol social que tiene la mujer en la sociedad en que vive.
Se abre a la mujer una ventana al disfrute de una nueva forma de existencia. Y podrá disfrutar su vida sexual y su sexualidad con más plenitud y libertad. Para ello es imprescindible conocer sobre el tema y los cambios que se producen para evitar temores y afrontar la crisis sabiendo qué esperar.
Este momento representa la oportunidad de experimentar y profundizar la propia expresión sexual.
Andropausia
Entre los 40 y 55 años de edad se produce una disminución en la producción de testosterona masculina. A esta etapa se llama andropausia.
La testosterona es la hormona que se produce en los testículos y las glándulas suprarrenales, ayuda a formar proteínas y es la principal responsable de la reproducción sexual del hombre.
Esta etapa es difícil tanto para el que la transita como para quienes comparten su vida ya que se suceden múltiples cambios además de los biológicos: fatiga, pérdida de energía, falta de deseo sexual, mengua de la erección, aumento de peso, reducción de fuerza y volumen de la eyaculación, deterioro óseo, problemas circulatorios, sudoración, dolor de cabeza.
Al enfrentarse a la vejez y a la muerte en forma más personal y emocional surgen diversos replanteos; el cuerpo ya no responde como antes, el espejo devuelve un aspecto distinto, se sienten dolores en el cuerpo, se siente ansiedad, frustración, irritabilidad, se pasa por un período de emociones y sentimientos contradictorios respecto de la forma de vivir, por lo que es frecuente pensar cambios en la dinámica familiar y hasta del lugar de residencia.
Las personas se sienten más intolerables y se vuelven más crítica.
Ante este malestar es muy común el cambio de look habitual por uno más juvenil, cambios alimenticios, deportivos; buscar nuevas experiencias en el trabajo y también sexo afectivas, frecuentemente con personas más jóvenes.
Algunos varones llegan a la crisis de forma solapada. Y en muchas oportunidades se oculta este malestar general porque vivimos en una sociedad machista donde el varón tradicionalmente no debe mostrar sentimientos ni emociones.
Los varones experimentan esta crisis en mayor o en menor medida. Por desconocimiento, en muchas ocasiones pueden entrar en cuadros de angustia y hasta depresión, por lo que es importante conocer las etapas por las que se atraviesa y sus características para transitarlas lo más saludable posible; pedir ayuda profesional si fuera necesario y la cooperación de la familia y la pareja, en caso que la hubiere, para evitar las perturbaciones en las relaciones y vínculos en general.
Carina Resce. Sexóloga Educativa