El desafío de lograr un balance entre el trabajo y la vida personal

Un estudio que releva las expectativas, estados de ánimo y comportamiento de los trabajadores a partir de una encuesta a 26.000 personas en 35 países, incluido Argentina arrojó que para el 87% de los trabajadores argentinos el equilibrio entre trabajo y vida personal es un motivador clave a la hora de permanecer en un empleo o buscar un cambio laboral.

A pesar del panorama económico desafiante, de los cambios geopolíticos y de los avances tecnológicos, hoy los trabajadores tienen motivaciones que van más allá del salario, y priorizan cada vez más la flexibilidad, los valores compartidos con el lugar en el que trabajan y el equilibrio entre su vida personal y laboral. Y si bien el salario sigue siendo uno de los factores más relevantes a la hora de evaluar un trabajo, en especial en un contexto económico como el que vive la Argentina, los factores no monetarios vienen ganando terreno año tras año a la hora de evaluar qué hace que una empresa sea considerada por el talento un lugar atractivo para trabajar.

En este sentido, al analizar los factores que -por fuera de la remuneración- llevan a los encuestados a preferir un empleo, el estudio revela que para el 87% los trabajadores argentinos el equilibrio entre vida personal y laboral se posiciona en segundo lugar como atributo para elegir un empleador, 4 puntos porcentuales por encima de la media arrojada a nivel global (82%).

Al analizar esta variable a nivel regional, los trabajadores argentinos son los que más valoran el work & life balance en un 87%, seguidos en segundo lugar por los trabajadores chilenos con el 86% y, finalmente, los trabajadores uruguayos con el 83%.

 

Está surgiendo una nueva línea de base en el lugar de trabajo, a partir de las expectativas multifacéticas del talento, la priorización de la realización personal y otros drivers, como la creciente incidencia de la búsqueda de una mayor calidad de vida en las decisiones de carrera, que están dando forma a una fuerza laboral que define el éxito profesional no solo por lo que hace, sino por qué lo hace, cómo lo hace y con quién lo hace. Frente a un contexto de creciente escasez del talento y una fuerza laboral empoderada, esta dinámica empuja la redefinición de las condiciones del “contrato social” entre los trabajadores y sus empleadores en todo el mundo y pone a las organizaciones frente a la necesidad de adaptar su propuesta de valor para atraer, fidelizar y comprometer al talento.

 

Flexibilidad, componente clave para el equilibrio

 

La percepción que los trabajadores tienen respecto a la flexibilidad y el bienestar en sus lugares de trabajo es, sin dudas, un componente clave de la búsqueda de un mejor equilibrio entre la vida personal y el trabajo.

Al consultar a los encuestados si alguna vez habían renunciado a un empleo por no ofrecerles la suficiente flexibilidad, el 36% de los chilenos, el 33% de los argentinos y el 32% de los uruguayos indicaron haber dejado alguna vez un empleo porque el esquema de trabajo no era lo suficientemente flexible de acuerdo a sus necesidades. Por su parte, la cifra más baja se registra a nivel global, donde solo el 31% de los encuestados indicó haber renunciado a un trabajo por falta de flexibilidad.

La percepción de flexibilidad se basa no solo en los arreglos de horario o de cómo se estructura la jornada laboral, sino también en relación al lugar de trabajo, donde inciden la cercanía y el tiempo de desplazamiento de ida y vuelta al trabajo y, muy especialmente, la posibilidad trabajar de manera remota o en esquemas híbridos.

En este sentido, frente a la posibilidad de elegir, el 48% de los trabajadores argentinos afirmó que no aceptaría un trabajo que no les brindara flexibilidad respecto a sus horarios laborales, 1 punto por encima de la marca registrada a nivel global (47%). Y en orden decreciente, a nivel regional, el 44% de los trabajadores uruguayos y el 43% de los trabajadores chilenos aseguró que rechazaría un empleo que limitara su flexibilidad en materia de horario de trabajo.

Respecto al lugar desde donde trabajar, en caso de poder optar sin condicionamientos, el 42% de los argentinos rechazaría un empleo que no le permitiera flexibilidad en relación al lugar de trabajo –ya sea en home office o esquemas híbridos-, marcando una exigencia de 3 puntos porcentuales por encima de la media global del 39%, que coincide con la posición de los trabajadores uruguayos, también con un 39%. Por último, se ubican los trabajadores chilenos, donde solo el 38% desestimaría una propuesta laboral por falta de flexibilidad respecto del lugar desde donde trabajar.

¡Sumate!
PyP News
pypnews@pypnews.com

Deja una respuesta