En el caso de tener una pareja, debemos evitar determinados objetos que puedan alterar la energía que nos une con la persona amada. Por ello, hay ciertas cosas prohibidas en la habitación en la que convivimos.
Se trata de objetos que, a priori, resultan inofensivos. Sin embargo, emanan unas energías que no resultan adecuadas para una relación de pareja.
Los aparatos tecnológicos o las fotos de personas ajenas a la pareja distraen la energía hacia otros sitios. Su presencia hace que se reduzca la atención que deseamos recibir por parte de la otra persona.
En muchas casas en las que convive una pareja, sobre todo cuando ésta es joven, podemos encontrarnos con algún muñeco en la habitación. Bien puede tratarse de un recuerdo de la niñez que llevamos siempre con nosotros o bien un antiguo regalo de nuestra pareja del que no queremos deshacernos.
Pese a los buenos recuerdos que nos trae, sin duda es una de esas cosas que están prohibidas en la habitación. La razón es que evita centrar la energía en la relación adulta que tenemos actualmente. La mejor opción entonces es llevarlo a otra habitación que no sea el dormitorio.
En muchos hogares el lugar donde termina la bicicleta estática o el banco de abdominales es en el dormitorio de la pareja. Si se pueden doblar, pues debajo de la cama. Constituyen elementos que derivan la energía que fluye en favor de la pareja hacia otro sitio.
Lo mismo ocurre con todos aquellos objetos relacionados con el trabajo de cualquiera de los miembros de la pareja. Facturas, maletín con documentos. Cuanto más lejos del rincón del amor, mejor.
Fotografías de personas ajenas a la pareja. Sólo debe haber fotos de la pareja. Aquellas en las que aparezcan familiares, amigos o compañeros de trabajo deben colocarse en cualquier otro lugar de la casa. Es la mejor forma para que la energía que fluye en este espacio sea siempre a favor de la pareja.