Las afirmaciones son una vía para reconfigurar tus pensamientos, algo así como ayudar a tu mente a resetearse y transformar de forma gradual muchas de tus antiguas creencias personales limitantes en ideas poderosas, además de que son una motivación constante.
De dónde sale toda esta idea de la ley de atracción
Muchos escucharon hablar de este tema en 2006 cuando Rhonda Byrne presentó el libro y el video El Secreto, sin embargo, según muchas personas que han investigado más a fondo la fuerza de la atracción del pensamiento, es una ley que se origina desde tiempos muy antiguos.
Bien lo dijo Buda hace miles de años: todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado.
Algunos vinculan este concepto a las leyes que presentó Hermes Trimegisto en su libro El Kybalion. Hay de hecho 2 leyes que resaltan: Principio de Mentalismo: el todo es mente, el universo es mental. Principio de Correspondencia: como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.
El primer principio establece que el universo es una creación mental, por ende, tus pensamientos tienen el poder de generar tu realidad, definen, marcan, establecen lo que va a ser creado por vos.
El segundo lo relacionan con el hecho de que la mente está en la parte superior del cuerpo, y lo que se genere allí, será replicado abajo en la tierra, en la realidad.
Tus pensamientos crean tu realidad. Dicho de otra forma, tu mundo interno, crea tu mundo externo.
En resumen, qué es y cuál es el uso de la ley de la atracción. En palabras sencillas, esta ley afirma que somos un imán viviente por ende atraemos a nuestra vida personas, situaciones o eventos que estén en armonía con nuestra frecuencia vibratoria. Esta vibración se forma con los pensamientos y los sentimientos dominantes.
Por eso, no funciona solo pensar en algo que anhelamos, sino que debemos unir ese pensamiento constante y enfocado con emociones que lo materialicen. El detalle clave detrás de esta idea es que podemos atraer cosas que queremos, pero también aquellas que no deseamos.
Por ejemplo, cuando pensamos en algo que nos molesta o asusta conectamos de inmediato con emociones incómodas como el miedo, la ansiedad, la rabia. Esos pensamientos unidos a estas emociones fuertes, pero de baja vibración, tienen fuerza creadora.
En esta ecuación no podemos dejar por fuera el papel que juegan las emociones. Las emociones activan los pensamientos más frecuentes y fuertes y los materializan o proyectan desde tu mundo interior al exterior constituyendo lo que experimentas como tu realidad de vida.
Para simplificar estas ideas, podemos imaginar que los pensamientos son magnetos que una vez emitidos por nosotros y acompañados de una respectiva emoción, tienen el poder de salir al mundo y atraer las sustancias que les corresponden.
Los seres humanos somos energía y como tal emitimos vibraciones. Digamos que pensamos en algo que nos gustaría lograr, soñamos despiertos de forma constante con ello, lo imaginamos, lo vemos con claridad en la mente y cada vez que hacemos esto sentimos un entusiasmo y una alegría interior. En este ejemplo hay claridad de pensamientos unida a emociones positivas fuertes.
Según la ley de la atracción cuando esto sucede comienzan a gestarse, circunstancias que te acercan más y más a esa meta pensada. Puede que parezcan coincidencias, pero es esta ley actuando a tu favor.
Afirmaciones
1 Gracias por toda la abundancia que hay en el universo, por disfrutarla hoy, abundancia de amor, dinero y salud.
2 Vivo en un mundo lleno de abundancia y prosperidad.
3 Me acepto y me permito pensar y sentir en términos de abundancia, prosperidad, amor, gratitud, y felicidad.
4 El dinero fluye fácilmente en mi vida.
5 Nuevas oportunidades vienen a mi de forma fácil y constante.
6 Agradezco a todas las personas que me enseñan algo y enriquecen mi vida.
7 Lo recibo, lo merezco y lo bendigo con los brazos abiertos y me preparo para más.
8 Soy un imán que atrae la felicidad, el amor, la salud y la prosperidad.
9 Atraigo mejores relaciones y grandes oportunidades cada día.
10 Soy una fuente inagotable de ingresos. Cada día genero más y más y más.