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Comer es algo que hacemos todos los días inconscientemente, pues nuestro organismo lo pide para vivir.

Alimentarse es una decisión responsable que se hace conscientemente y considerando todo lo que necesitamos para tener energía.

Nutrirse es el proceso biológico por el cual nuestro organismo obtienen los micronutrientes y macronutrientes necesarios para su correcto funcionamiento.

Hay cada vez más personas bien alimentadas, pero mal nutridas, y esto es debido a que no siempre los alimentos que ingerimos contienen los nutrientes necesarios para una buena nutrición.

Existen varias razones por las cuales podemos no obtener los nutrientes que necesitamos para que nuestro organismo funcione correctamente entre los cuales están el comer alimentos poco nutritivos, ultra procesados, combinarnos mal y no comer la suficiente variedad.

La gran epidemia que vive el mundo desde hace muchos años, es la del sobrepeso y la obesidad.

La cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo arrojó que el 61,6% de los argentinos tiene exceso de peso, y de ellos el 25,4% son obesos, porcentaje que creció 11 puntos entre los años 2005 y 2018.

En Argentina, hay un 10% de niños con menos de 5 años que presentan sobrepeso y somos el segundo país con este problema a nivel regional, de acuerdo a los datos vertidos desde UNICEF.

El flagelo se agudiza cuando se cruza con la clase social, porque los adolescentes de nivel socioeconómico más bajo tienen un 31% más de probabilidades de sobrepeso respecto de los niveles más alto, según un relevamiento de FIC Argentina y UNICEF Argentina.

En este contexto, es importante empezar a poner el foco en el funcionamiento de los comedores y merenderos comunitarios, a instancias de la función clave que cumplen para miles de familias que, en la gran mayoría de los casos, obtienen en estos lugares la única ración de alimentos del día.

Ante este panorama, pypnews dialogó con la terapeuta Ayurveda Guillermina Minicucci, quien desde hace tiempo viene planteando la necesidad de asesorar a quienes tienen la responsabilidad de administrar las raciones en los comedores comunitarios.

“Quienes prestan su ayuda en estos lugares no tienen por qué tener conocimientos sobre nutrientes, sabemos que actúan desde la generosidad y la empatía; pero es importante que puedan ser asesorados, tanto aquellos que manejan un presupuesto para comprar, como los que hacen campañas para recolectar donaciones de alimentos.

Puntualmente, la terapeuta propone modificar la lista habitual de productos y reemplazar alimentos tradicionales por otros que tienen mayor aporte nutricional.

“Los niños que asisten a un merendero tiene que tomar leche, sobre este punto no voy a polemizar; no soy partidaria de la leche en polvo y sé que hay tambos que hacen donaciones, y en el peor de los casos la leche fresca es mucho más nutritiva, es antianémica, tiene hierro y vitaminas que ayudan a los niños y se endulza con facilidad”, apuntó.

Consultada acerca de los productos que debieran ser reemplazados, Minicucci fue tajante: “basta de pedir azúcar y cacao azucarado, son productos altamente endulzados, son densos y con mucho hidrato de carbono, para nada saludables. Basta de pastas, hay que reemplazarlas por arroz integral o común, hay que dejar de solicitar productos de baja calidad nutricional”.

La propuesta es incorporar mate cocido, saquitos de té.

“Hay que ir reemplazando los productos, hay veces que es preferible que las donaciones sean en menor cantidad a que sean de mala calidad. No necesitamos tantos kilos de azúcar, si con un par de kilos de miel se soluciona”, amplió Minicucci.

“No es bueno pedir galletitas, no son saludables, es preferible reemplazar el uso de harina de trigo con una base de batata, arroz cocido, miel, polenta, elementos con los que fácilmente se pueden hacer las galletitas y estamos garantizando un aporte nutricional”, enfatizó.

En la misma línea, propuso trabajar con legumbres, haciendo, por ejemplo, buñuelos dulces y salados de garbanzos; tortas con lentejas y coco. “Se puede utilizar gelatina sin sabor y sumarle el jugo de las frutas exprimidas, frutillas pisadas, o miel y hacemos un producto mucho más nutritivo de lo que puede ser una gelatina con colorantes, saborizantes, aditivos y azúcar”.

Las alternativas propuestas por la terapeuta Ayurveda son viables y no necesariamente más costosas. “Ese es un mito con el que hay que terminar. La clave es organizarse mejor, que varias personas al momento de donar puedan acordar para la compra será más beneficioso que si cada uno lleva individualmente un paquete de fideos y uno de azúcar”.

Sugerencias

Cacao (puro)
Leche de tambo
Miel (el sector rural suele donar)
Legumbres (todas). Cocinarlas para postres o remojarlas, hacer harinas para luego elaborar,  cocinarlas con otra finalidad (guisos, harinas)
Arroz blanco o integral
Azúcar mascabo
Frutos secos dulces y tipo semilla (los más económicos son el maní sin sal, semillas de zapallo, de girasol, lino, sésamo, coco rallado, pasas de uvas, bananitas en rodajas)

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