El uso de remedios realizados con semillas y con hierbas se remonta a la prehistoria. Además, han sido utilizadas por curanderos y chamanes.

Durante siglos se han utilizado para alcanzar distintos objetivos: como amuletos contra la mala suerte o como protección contra las tormentas. También era muy usual la elaboración de filtros de amor con plantas y hierbas que creían milagrosas para obtener la reciprocidad de la persona deseada.

Ajo (alliun sativum)

Género: Masculino.

Elemento: Fuego.

Deidad: Hécate.

 

Protección, curación, exorcismo, deseo sexual y antirrobos. El ajo se comía en las fiestas dedicadas a Hécate y se dejaban en una encrucijada como sacrificio en nombre de esta Diosa.

Se utiliza para protegerse de la peste. Todavía se emplea para absorber enfermedades.

Sólo se tiene que frotar con los dientes de ajo, frescos y pelados en la parte afectada del cuerpo, y luego tirarlos al agua corriente. Es un gran protector, se pone en casa para evitar la intrusión del mal, para mantener alejados a los ladrones, y se cuelga en la puerta para repeler a las personas envidiosas. El Ajo protege las casas nuevas.

Si se lleva consigo protege de los enemigos y del mal tiempo. Se muerde un Ajo para ahuyentar los malos intrusos, o esparciendo su polvo por el suelo. También se pone bajo las almohadas de los niños para protegerlos mientras duermen. Si se frota sobre las cacerolas y sartenes antes de cocinar elimina las vibraciones negativas que podrían contaminar los alimentos.

Si se come actúa como inductor del deseo sexual. Y cuando un magneto o piedra de imán natural se frota con ajo, pierde sus poderes mágicos.

Si se lo cuelga de los marcos de las ventanas y de las puertas, el ajo ahuyentará el mal de ojo y también todos los espíritus malignos. Antiguamente, lo utilizaban los marineros para evitar que sus barcos naufragaran.

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