La vida de las plantas es una lucha constante por la supervivencia. La necesidad de alimentarse y reproducirse ha condicionado su evolución; muchas de ellas no podrían sobrevivir sin los animales. Algunos actúan como polinizadores, y otros son un jugoso bocado para las plantas carnívoras.

Pero la vida de las plantas es más sensual y violenta de lo que podemos imaginarnos. Cuando se trata de sobrevivir, las flores muestran todos los rasgos de un animal: cazan para alimentarse, se exhiben para reproducirse o explotan a otras especies en su propio beneficio.

Las plantas pueden calcular el tiempo: las flores se abren en un tiempo tan preciso que podrían compararse con un reloj. Algunas giran mirando al sol para conservar el calor; otras atrapan a moscas cuando rozan dos veces sus filamentos sensibles, ya que también están gobernadas por su instinto de supervivencia y reproducción.

 

La reproducción de las plantas pudo haberse originado en el agua; después aprovecharon el viento para diseminar el polen, pero todo cambió cuando aprendieron a explotar a los animales. Así, engañaron a abejas, chinches y escarabajos para que transportasen sus esporas.

Las flores se transformaron para atraer a esos animales tan necesarios y les pagan los servicios con polen, néctares y afines. Pero no son sólo los insectos son los que trabajan para las flores, también lo hacen los pájaros, los ratones y los murciélagos. Por estas asociaciones existen el pico del colibrí, el zumbido del abejorro, la lengua de la zarigüeya, mientras las flores fueron cambiando su morfología para poder ser tentadoras para estos polinizadores. Así es como vemos tubos que se alargan para que la lengua de la polilla pueda desarrollar el néctar; las flores hacen líneas en ultravioleta para que sean vistas por las abejas, generan colores especiales con centros amarillos y líneas que indican dónde está el néctar.

Hay flores que desarrollan aromas para atraer y otras que se abren específicamente, apuntando al sol, para generar calor.

La relación entre plantas y animales es tan fuerte que algunas especies no podrían sobrevivir solas.

Las plantas fueron las primeras en colonizar la Tierra. Viven más tiempo, crecen más y se desarrollan en lugares donde pocos animales sobrevivirían.

La vida no existiría sin ellas. Todos los animales extraen su energía de las plantas, ya sea directamente o a través de la cadena alimentaria.

 

Para muchas plantas la reproducción gira en el polen que arrastra el viento. Para que la polinización tenga éxito las plantas liberan una gran cantidad de polen, pero por cada grano que alcanza una flor femenina se pierden millones de ellos.

 

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Así, a lo largo de millones de años, se ha dado la evolución de las flores con los insectos y otros polinizadores, donde la abeja cumple un rol fundamental, siendo mayoritaria y la más importante de todos los polinizadores.

Entre todos los polinizadores y para todas las flores la más importante es la abeja, que además nos brinda elixires que aprovechamos los seres humanos para mantener nuestro estado de salud.

Miel, polen, propóleos, cera, son algunos de los virtuosos productos que llegan desde las mágicas Colmenas, gracias a la función vital que tienen las abejas en la reproducción del mundo vegetal.

En Panalivia, Secretos de la Colmena son conscientes del poder y función vital de las abejas y trabajan en función de su preservación, haciendo un uso respetuoso de este valioso recurso natural.

 

En Entre Ríos desde hace más de 20 años, Panalivia, Secretos de la Colmena produce estos y otros productos nobles como la naturaleza. Son apicultores y elaboran productos nutracéuticos (nutren y curan) con los frutos de la colmena. Respetan los ciclos de la naturaleza, elaborando artesanalmente de una manera amigable sus productos, cuidando profesionalmente los procesos para que estos elixires lleguen con todo su potencial a las personas que los eligen.

 

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Panalivia, Secretos de la Colmena se encuentra sobre la ruta 10, en kilómetro 3, en La Picada. El contacto lo logran a través del 3435011234.

 

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Paola Ponroy
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