El fuego mágico que producía las cenizas de las que renacía el mítico ave Fénix estaba compuesto por canela, mirra y nardo, por ello la especia está ligada al renacimiento espiritual.
La canela tiene múltiples utilidades. Conocida por su refinado e intenso sabor y aroma en el arte culinario, también es codiciada por sus efectos terapéuticos y místicos, ya que empleada en diferentes ritos promueve la bonanza y es un excelente antídoto contra la mala suerte.
La canela atrae dinero, por eso es uno de los elementos más utilizados para rituales de prosperidad y abundancia en diferentes culturas.
Cuenta la historia que la canela ha sido utilizada desde los tiempos egipcios para atraer dinero. Su poderosa vibra la posicionó como un ingrediente ideal para mutar positivamente el panorama financiero de cualquier persona.
Claro está que cualquier ritual que realicemos debe ser realizado con fe y con la certeza de que la situación cambiará favorablemente.
La medicina ayurvédica usa las propiedades de la canela para tratar y curar varios problemas de salud; la aromaterapia emplea sus funciones antisépticas y estimulantes en varios tratamientos; y el té de canela, además de ser delicioso, funciona como un remedio natural para varios propósitos.
¿Cómo hacer el ritual de la canela?
La prosperidad de la que hablamos en este ritual no tiene por qué ser material. Podemos anhelar la abundancia tanto material como emocional y espiritual. La clave es atraer la energía del éxito, apelando a todos los aspectos de la vida.
El ritual de la canela se realiza el primer día del mes, preferentemente mientras haya luz solar.
Debemos poner un puñado de canela en polvo en la palma de la mano derecha y pararnos frente a la puerta de ingreso a nuestra casa.
Antes de soplar repetimos: “Yo estoy soplando la prosperidad para vida y para mi casa como un/a servidor/a”.
Soplamos la canela de afuera hacia adentro, dándote cuenta de que la prosperidad y el éxito entrarán en tu hogar, junto con el polvo y el viento lleno de la energía que emanamos.
Dejamos que el polvo de la canela permanezca en el piso después de soplar, durante al menos 24 horas. Después, se puede barrer normalmente.
