La medicina del dolor es una disciplina dentro de la medicina dedicada a estudiar, investigar y tratar el dolor en todas sus formas y evitar el sufrimiento físico y psíquico de la persona. Está orientado a mejorar la calidad de vida y recuperar o mejorar el rol social del paciente.

Hay diferentes líneas de atención en dolor que es fundamental diferenciar. Si bien la modalidad más conocida socialmente es la que vincula a la medicina del dolor sólo como un acompañamiento a la enfermedad de base que tenga el paciente para aliviar de forma paliativa su sufrimiento, que es la función que desarrolla la medicina del dolor paliativa.

También existe la medicina del dolor osteomioarticular, donde los especialistas implementan tratamientos con el objetivo de aliviar el dolor con regeneración de tejidos, y en la mayoría de los casos lograr una curación, evitando una cirugía y mejorando la calidad de vida.

 

“El desafío principal es que estamos en presencia de un dolor crónico que lleva meses o años de evolución, por lo que el paciente ya realizó muchas consultas médicas sin lograr el alivio buscado”, graficó en el inicio de la charla con pypnews Luciano Benedetti (M.P 11830),  médico Fisiatra, especialista en Medicina Física y Rehabilitación,  en Medicina del Deporte (deportología), Medicina del Dolor Osteomioarticular, Terapia Regenerativa (IG @cedasparana, sito en Salta 136. Teléfono: 3435099925).

El dolor osteomioarticular crónico es el dolor de los músculos, huesos y articulaciones y es una de las causas más importantes de discapacidad a nivel global, además de ser uno de los principales motivos de consulta en la actualidad, “y eso tiene vinculación con que la población tiene cada vez más años y los problemas que afectan al sistema musculo-esquelético, son mayores”, enfatizó el profesional entrevistado (Facebook: Luciano Benedetti).

Sobre esta base, en la consulta médica el profesional realiza un exhaustivo interrogatorio para conocer los antecedentes personales generales del paciente para, en un principio, diferenciar si hay signos de alerta que se refieran a otra patología de mayor gravedad.

“Se analizan características, localización, irradiación, tipo de dolor que presenta el paciente y así analizamos los factores que alivian o agravan el dolor para tratar sobre la base del problema”, precisó Benedetti.

La visión es integral; para ello, se solicitan estudios de imágenes o laboratorio, se analizan la postura y los movimientos biomecánicos para realizar los ajustes necesarios mediante kinesiología o el uso de órtesis (dispositivo externo aplicado al cuerpo para modificar los aspectos funcionales o estructurales del sistema neuromusculoesquelético como rodillera, plantillas, etcétera), y el ejercicio físico adecuado.

“También evalúo la calidad de la nutrición de la persona, porque es fundamental establecer un plan alimenticio antiinflamatorio acompañado de una suplementación vitamínica”, subrayó el médico especialista.

“De ser necesario se aconsejan analgésicos de todo tipo, pudieron usar medicamentos del tipo de los opioides que son mejor tolerados en el dolor crónico mientras dure el tratamiento, una vez que el paciente va mejorando se procede a retirarlos”, apuntó.

 

Las patologías que pueden tratarse mediante la Medicina del Dolor son:

Artrosis en todas las localizaciones, rodillas, cadera, hombros, columna

Tendinosis Aquiles

Tendinosis rotuliana/ tendinosis cuadricipital

Codo de tenista

Codo del golfista

Tendinosis del manguito rotador (hombro)

Esguinces crónicos de tobillo y rodilla

Rupturas parciales de ligamentos

Pubalgias (tendinosis aductores/abdominales)

Fascitis plantar

Lumbalgias

Cervicalgias

Cefalea tensionales

 

 

Una parte muy importante del tratamiento es la terapia regenerativa. En nuestro país se desarrollan dos opciones, que son los últimos avances logrados en este ámbito: Proloterapia y Plasma Rico en Plaquetas.

 

La Proloterapia es la “inyección para reparar el tejido conectivo”. “Consiste en la inyección de soluciones irritantes dentro de la articulación, tendones, ligamentos debilitados o lesionados que causan dolor crónico; las sustancias inyectadas producen un proceso inflamatorio local que aumenta el flujo sanguíneo en la zona tratada, atrayendo distintas células, logrando el proceso inflamatorio natural, con la consiguiente estimulación de fibroblastos, lo cual lleva a la producción de fibras de colágeno y la reparación de ligamentos, tendones y articulaciones inyectadas”, precisó Luciano Benedetti.

Luego de la inyección del proliferante, el paciente puede experimentar un aumento del dolor como consecuencia de la inflamación generada en la región inyectada. Este dolor es normal y desaparece con el correr de los días. Las sesiones son una vez al mes, y se realizan entre tres a cinco aplicaciones, dependiendo de la respuesta que presente el paciente frente al estímulo.

 

A diferencia de la Proloterapia, el Plasma Rico en Plaquetas es un material biológico autólogo (término médico adaptado de la palabra inglesa autologous para designar a los trasplantes y las transfusiones en las que la misma persona es a la vez donante y receptora). Con esta técnica se obtiene sangre del paciente, tomando una muestra por una punción venosa, que posteriormente se centrifuga para separar los distintos componentes (glóbulos blancos, rojos, plaquetas, plasma). “Una porción del centrifugado contiene plasma rico en plaquetas, que poseen un gran número de sustancias llamadas factores de crecimiento que promueven la migración y división celular, favoreciendo la regeneración del tejido dañado”, puntualizó el especialista.

Se realizan de dos a tres sesiones separadas por seis semanas entre cada inyección.

Cabe destacar que son procedimientos ambulatorios que no requieren internación y solo mínimos cuidados previos y posteriores a las aplicaciones.

“Con la ventaja que se está tratando de base la afección y en muchos casos hasta evitamos procedimientos más complejos como una cirugía”, destacó finalmente Benedetti.

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Paola Ponroy
paola@pypnews.com

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