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Antes que todo es importante saber cómo funciona nuestro cerebro, cómo repercute en nuestro organismo y cómo está relacionado con los problemas de salud y el estrés.

Especialistas en neurocoaching y vitalidad celular afirman que las relaciones “toxicas” son las que envenenan nuestro campo de relajación.

Todos estamos regidos por un sistema nervioso central, del cual derivan otros circuitos que manejan nuestras conductas voluntarias o involuntarias.

Nuestro sistema nervioso para-simpático es nuestro sistema de relajación, sobre el cual tenemos dominio.

En cambio, nuestro sistema nervioso simpático, es nuestro sistema de alerta, el que obedece claramente a la supervivencia; este sistema nos ayuda a reaccionar rápido en situaciones de peligro, porque para eso estamos diseñados.

El estar permanentemente en alerta, genera muchas cenizas metabólicas, como el funcionamiento de las glándulas suprarrenales que son las que despiden adrenalina, esto va a estimular todo nuestro organismo activando otras glándulas y, sobre todo, daña la parte digestiva.

Uno de los principales desequilibradores de los sistemas nerviosos son las relaciones inter vinculares no saludables.

Cuando estamos con una persona “tóxica” (pesimista, antagonista, antisocial, agresiva, con una personalidad psicópata), nuestro cerebro trabaja el doble o el triple de manera emocional, intelectual y repercute en nuestro organismo.

Esto trae como consecuencia ansiedad, frustración, preocupación y muchas enfermedades físicas.

Estar siempre en alerta para satisfacer a la otra persona o para saciar un mecanismo de recompensa que solo forjamos con él/ella es terriblemente nocivo.

Una de las maneras más simples de poder identificarlo es escuchar las señales del cuerpo, la sequedad en la boca, la angustia, el dolor de estómago, las fuertes pulsaciones en las discusiones, la falta de sueño, el desgano en las actividades y sentir culpa de hacer cosas que te hacen bien, son los primeros rasgos que deberíamos tener en cuenta.

Son síntomas que se presentan cuando el cerebro y el cuerpo están en defensa total y absoluta.

¡Sumate!
Maribel Suarez
maribelsuarez@pypnews.com

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