El estilismo de tus espacios, el orden y los objetos que elegís tener en tu casa te identifican y reflejan tu interior.
Todo lo externo influye sobre tus emociones y el desorden también es algo que te afecta.
Hay que aceptar que el orden o el desorden no se hacen solos. Somos responsables de generarlos y esto depende mucho de las emociones que estamos transitando.
El desorden de cada área de la casa se relaciona con miedos, enojos , frustraciones e inseguridades específicas y ordenarlas genera paz y ayuda a equilibrar nuestro interior.
Para comenzar a organizar es necesario soltar los objetos rotos, viejos, que no usás, que no te gustan o no te representan ni te identifican y sacarlos de la casa sin culpas.
La culpa lleva a conservar cosas que no sabemos dónde guardar y que no usamos y que generan desorden por negación.
La premisa es cuidar lo que tenemos sabiendo dónde están al momento de necesitarlas….sino ya es momento de que recirculen para una nueva vida.
Observá tus espacios para ver qué dicen de vos… Y recordá soltar, recircular, reubicar, reutilizar, regalar, donar, tirar.
No guarden por las dudas.
No conserves ni por culpa, ni por compromiso.
Elegí lo que querés dejar en tu vida y el resto sacalo de tu casa.
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