Crece el interés de los niños y niñas por adentrarse en la práctica de las artes marciales, que siguen siendo una de las mejores opciones para ayudarlos a desarrollar la disciplina y el autocontrol.
Las artes marciales no sólo promueven la fortaleza física sino también la agilidad, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación. Los niños y niñas que practican regularmente estas disciplinas pueden disfrutar de una mejora significativa en su desarrollo motor grueso y fino. Desde los patrones de movimiento básicos hasta los más complejos, las artes marciales pueden ofrecer una base sólida para su desarrollo físico.
Además, las artes marciales también fomentan un estilo de vida saludable. La actividad física regular puede ayudar a los niños a mantener un peso saludable y a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a lo largo de su vida.
“Como maestro de artes marciales y responsable de los niños y niñas que están en la clase, nos asumimos como orientadores y vamos trabajando la disciplina con actividades, lineamientos y reglamentos”, destacó a PyP News Marcelo Fuentes, maestro de artes marciales de la Escuela del Cambio, con 28 años de historia en la ciudad de Paraná.
En este sentido, subrayó que las artes marciales no sólo benefician el desarrollo físico, sino que también es ventajoso a nivel emocional y social, ya que estas disciplinas pueden ayudar a los niños a desarrollar su autoestima y confianza; a través de la superación constante de desafíos y la consecución de objetivos, los niños aprenden a creer en sus habilidades.
Las artes marciales promueven la empatía y el respeto por los demás. Los niños aprenden a tratar a los demás como iguales, independientemente de sus habilidades o nivel de experiencia. Además, aprenden a trabajar en equipo y a colaborar con sus compañeros, habilidades esenciales para su desarrollo social.
“Instruyo a niños y niñas que tienen entre 4 y 10 años, hay quienes tienen incorporado el orden y la disciplina y otros que no, y es un desafío poder dar clase en la variedad de educación de cada niño y poder expresar en la actividad el beneficio que trae la práctica”, aseguró.
“Dentro del arte marcial el niño puede expresarse”, enfatizó. “Normalmente la forma de expresión de los niños es mediante la descarga y en la clase hay momentos que son muy bulliciosos, con gritos, risas, enojos, a veces hay llanto, pero en un marco de trabajo donde se les enseña el respeto hacia sus pares, hacia los instructores; y si bien es una clase donde hay golpes, se hacen en elementos específicos para eso, entonces el niño puede darle una patada, un golpe de puño, empujar, hay muchas formas de descarga”, describió. “El trabajo con la meditación también suma”, agregó.
“Todo ese proceso se inicia desde el juego, reconociendo su cuerpo, fortaleciéndolo, elongando, respetándose y respetando a sus pares y, sobre todo, se fomenta el respeto por el adulto, que es el líder y en una línea energética es un orden divino”.
En las artes marciales el niño o la niña puede desarrollarse y trabajar su timidez, su agresividad, la desobediencia, hallando maneras de integrar la disciplina. “Es un proceso que lleva tiempo, pero que se va logrando, a los niños si se los sabe ordenar y explicarles van a aprendiendo con el ejemplo, ya sea de los demás o del trabajo de seguimiento de su instructor”.
Las artes marciales se enfocan tanto en la mente como en el cuerpo.
Pueden ayudar a los niños a desarrollar respeto, autocontrol y concentración.
La sensación que se obtenga de una disciplina es más importante que el tipo de arte marcial.
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https://www.youtube.com/watch?v=gIQ-VhyRSzI