¡No me puedo ver así! … La estética, en cuarentena

A un mes y medio de decretado el aislamiento social, preventivo y obligatorio hay sectores que siguen sin poder retomar su labor, y esto complejiza la situación de miles de personas que se sienten invisibilizadas.

Las demandas se sustentan en aspectos de supervivencia, pero también contemplan las solicitudes de una clientela a la que la falta de atención estética la está afectando seriamente.

“No me puedo ver así” se ha convertido en una de las frases más frecuentes durante las conversaciones de esta cuarentena. Es que pasan los días y en muchas personas incide negativamente la imposibilidad de ir a la peluquería, o de poder sostener su rutina de ejercicios físicos.

No ir a la peluquería provoca una afección, verte desmejorada estéticamente tiene sus consecuencias desde lo psicológico, porque la tintura, el peinado y todo lo que se encuentra en un salón dedicado al cuidado profesional de la belleza tiene relevancia para muchas personas, porque les mejora el ánimo”, ratificó el peluquero y estilista Juan Pac, en diálogo con pypnews, celebrando la determinación del gobernador de Entre Ríos de habilitar la apertura de los salones de peluquería, en el marco de la flexibilización que implementa paulatinamente.

Pac es presidente de la Federación Entrerriana de Peluqueros – Peinadores y Afines, y Vicepresidente de la Confederación General de Peluqueros y Peinadores de la República Argentina, rango que lo obligó a hacer públicas la preocupación y las penurias del sector al que representa con más de 1.500 peluqueros en Entre Ríos que durante más de 40 días no pudieron trabajar, teniendo que mantener, no obstante, sus salones durante la paralización.

El grueso de las actividades nucleadas y contenidas en el Convenio Colectivo de Trabajo 84/89 como ser Peluquería, Barbería, Maquillaje Social, Cosmetría, Manicuría, Depilación, entre otras, representan más del 1% del P.B.I. del nacional.

Juan Pac aseguró que no hay voces que indiquen que los servicios que se brindan en una peluquería impliquen algún riesgo con relación al Covid-19 y recordó la experiencia del año ´91 con la aparición de los casos del VIH: “en ese momento no entraba nadie a las peluquerías por temor y la Confederación en Buenos Aires elaboró un protocolo con el doctor Pedro Cae, actual asesor del presidente”.

En consonancia con lo expuesto, subrayó que la Entidad cuenta con un protocolo elaborado en base a las recomendaciones de las autoridades sanitarias que se deberá aplicar a partir de que reabran las puertas: trabajar con agenda cerrada con turnos que les den tiempo para limpiar entre cliente y cliente; evitar servir comidas o bebidas en el área laboral; no compartir anteojos; solicitar al cliente que cancele su turno si manifiesta algún síntoma; peines, cepillos, capas, toallas, navajas, tijeras, deben ser inmediatamente quitadas del lugar para esterilizar o lavar. Además, la vestimenta del profesional deberá ser simple, incluyendo barbijo guantes, anteojos y delantal. Otro ítem es disponer de elementos para la higiene y prevención, en la atención al cliente; ventilar permanentemente los espacios cerrados y quitar el revistero, o el diario.

Actividad física

Los beneficios que provoca en la salud física y emocional la actividad física están más que ratificados y los gimnasios y centros especializados se están volviendo un espacio esencial para muchas personas, incluidos sus propietarios, quienes también están alertando sobre la crucial realidad que viven ante la imposibilidad de trabajar.

“Queremos trabajar y para eso diseñamos un protocolo para cuidar a los asistentes y a nosotros mismos”, explicó César Angelino, instructor de Pilates.

“Somos un grupo de trabajadores que vivimos de esto y que queremos que las autoridades gubernamentales puedan contemplar el protocolo que diseñamos para salvaguardar las condiciones sanitarias”, agregó.

Según indicó, pretenden enviar una nota al gobernador Gustavo Bordet, como así también a la Cámara de Gimnasios para solicitar que habiliten la actividad para lo cual proponen: clases personalizadas con no más de tres alumnos que respeten el distanciamiento establecido y así llevar a cabo la actividad con los cuidados que se requieran, proveyendo guantes y alcohol en gel y exigiendo el uso de tapabocas. Asimismo, sugieren clases de 50 minutos para tener luego 10 minutos para desinfectar el espacio utilizado.

“Necesitamos trabajar, es muy difícil poder sostener los alquileres de los salones, y muchos ya tuvieron que cerrar”, lamentó Angelino; al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de muchas personas de retomar sus clases, “porque el movimiento es salud y hay quienes están empezando a tener fuertes dolencias provocadas por la tensión y el sedentarismo”, sentenció.

Mal trago

En tanto, si hay un sector que sabe que será el último eslabón de la cadena de reactivación es el de la gastronomía y, particularmente, el que está ligado a la coctelería.

“Como no somos cocineros ni siquiera tenemos la posibilidad de seguir trabajando con delivery, y al estar cerrados los bares no tenemos trabajo ni una alternativa a corto plazo, ya que sabemos que seremos uno de los últimos rubros en volver al ruedo”, lamentó el bartender Gines Scaglia.

“Quienes pertenecemos a la industria de bares, restaurantes, discotecas, hoteles y eventos estamos pasando por una muy difícil situación; no tenemos oportunidades reales para seguir trabajando y seremos los últimos en poder reiniciar labores; los alquileres siguen corriendo, las facturas siguen llegando y las necesidades aumentaron”, esgrimió Scaglia.

“Hoy nos unimos para decirle al Estado y a nuestro gremio que necesitamos garantías para los dueños de establecimientos y subsidios de nómina; cuando esto se termine, seremos los últimos en volver a trabajar”, alertó el bartender.

¡Sumate!
Paola Ponroy
paola@pypnews.com

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