Desde el ejercicio hasta la meditación y el tiempo de calidad con la familia, los rituales de autocuidado tienen un gran efecto en la salud física y emocional. Sin embargo, con demasiada frecuencia, estas partes importantes de la vida se ven como elementos más agotadores que se apilan en tu lista de tareas pendientes en lugar de ser reconocidas como las tareas sagradas que pueden ayudarte a prosperar día tras día. Afortunadamente, un simple cambio de mentalidad y una nueva asignación de prioridades a tu propio cuidado personal puede marcar la diferencia y disfrutar al máximo de cada día de tu vida.
Pensá en cómo va a ser tu día. Algunas mañanas puede ser difícil encontrar la motivación y la fuerza de voluntad para levantarse de la cama. Pero al crear el hábito de diseñar tu día, como crear una lista de tareas pendientes, elimina la dificultad de recordar lo que debe hacerse más adelante cuando tu nivel de energía se haya desplomado. Así que sacá tu agenda y anotá lo que querés lograr ese día, clasificado de más importante y urgente a menos importante y urgente. Incluso si no realizás toda la lista en un solo día, habrás logrado lo que es importante, ¡y esto te hará sentir genial!
Un poco de ejercicio. El ejercicio te hará sentir mucho mejor. Es cierto que, si estás agotado, en lo último que pensás es en entrenar, pero hacerlo te hará tener más energía. No es necesario hacer una sesión de Crossfit, ejercicios de baja intensidad, como caminar, andar en bicicleta o hacer yoga son grandes opciones.
Escribí un diario. Escribir tus pensamientos todos los días te ayudará a determinar cómo te sentís respecto a tu vida; además, te ayudará a controlar la ansiedad, reducir tu estrés y podrás hacer frente a tus pensamientos negativos. No es necesario que escribas durante una hora, con unos minutos al día será más que suficiente. El diario podés tenerlo en papel, o llevar anotaciones en tu celular; lo importante es que expreses tus pensamientos. Podés escribir largos textos o una sola frase sobre cómo te sentís cada mañana, que ya es un primer paso importante para desarrollar este hábito saludable.
Conectá con una red de apoyo. La importancia de tener apoyo social no puede ser subestimada, así que tomate tiempo para conectarte con alguien todos los días. Quizá sólo tengas que hacer una llamada por teléfono, escribir mensajes de texto o quedar con un ser querido a desayunar. Los beneficios de la interacción social ayudan a reducir la ansiedad, el estrés, la fatiga y el dolor, así como mejorar la autoestima, los sentimientos de control y tu estado de ánimo.
Potenciá tu creatividad. Tenés que cuidar el hemisferio derecho de tu cerebro, porque es la base de tu creatividad. Dedicá un tiempo cada mañana a los esfuerzos creativos que te hagan sentir vivo, como escribir un libro o mejorar tus habilidades musicales. Encontrar la motivación para practicar este pasatiempo creativo después de una larga jornada laboral es un desafío en el que todo lo que quiere hacer es relajarse.
Pensá en lo que comés. Aunque no hay una dieta única para todos, es importante prestar atención a lo que estás poniendo en tu cuerpo. Cuando creás un ritual matutino de preparar comidas con un propósito y te centrás en los nutrientes que tu cuerpo necesita, también te asegurás de obtener el tipo correcto de energía para ayudarte a pasar el resto del día.
Relajate antes de ir a la cama. No hay manera de evitarlo: la clave para un buen día, un buen estado de ánimo y una buena salud es una buena noche de sueño. Eso significa que parte de tu ritual matutino comienza la noche anterior. Del mismo modo que ponés la alarma para despertarte cada día, también es muy importante que te pongas una alarma para meterte en la cama cada noche. Es necesario que cuando llega la noche te relajes para dormir bien. Es fundamental tener buenas rutinas de higiene del sueño, dejar el teléfono fuera de la habitación o ponerlo en modo avión para asegurarte de que tendrás una noche tranquila y sin interrupciones.